El náufrago se
bebió el mensaje.
Mejor que no
olvidar la respuesta, recordar la pregunta.
La economía es
el arte de subsistir con números.
Divídete por
cero.
No es la pared
la que me impide pasar sino la puerta.
Violencia es
debilidad impuesta por la fuerza.
Si tú no ves la
pobreza la pobreza te verá a ti.
Era tan pobre
que en vez de un plato de ducha tenía un plato de lluvia.
El mito del
vampiro trae implícita la tragedia del hambre.
Su eficacia era
asombrosa, su eficiencia extraordinaria, pero lo despidieron por su escasa
efectividad.
El imperio de
la ley es una forma de llamar a la ley del imperio.
La dignidad es propia
pero la indignación es siempre hacia los demás.
La peor plaga fue
de faraones.
Hay épocas en
las que hay que llorar menos y gritar más.
No es que se
confunda lo urgente con lo importante sino que se confunde lo visible con lo
importante.
La convención
de sordos se celebrará en un auditorio cerrado.
Los parados
fueron imparables.
Vuestra
ecuanimidad más mi debilidad es igual a nuestra justificación.
El
inconveniente de ser tu propio jefe es que eres también tu propio despedido.
Pensaron que
era una tormenta y en realidad era el invierno.
Cuando alguien
dice que hace un trabajo que le gusta significa que le pagan por hacer un trabajo que le gusta.
A un clavo le aguarda su
agujero.
Todos los patriotas
parece que vivieran en la frontera.
Lo contrario de
cualquier verdad es el ego.
Es más difícil
que un rico entre por el ojo de una aguja si se niega a coser.
Todos los patriotas
parece que vivieran en la frontera.
A los
especuladores no les gustan tus especulaciones.
Un chivo es una
cabra culpable.
Quién siembra
mariposas recoge huracanes.
En los malos tiempos se
escuchan mejor las risas.
Si el futuro no acude el
pasado se nos echa encima.
Mirar ruinas es
constructivo.
Miguel
Angel Gara (Madrid 1970) colabora ocasionalmente en publicaciones literarias de
España y Latinoamérica, y en especial en el portal literaturas.com, donde ha coordinado la sección de
poesía y editado la revista Pata de gallo. También ha realizado labores de
lectura y traducción para algunas editoriales españolas y suecas.
Ha publicado El
libro de Sara (LF ediciones, 2005), Luz
previa a la luz (Algaida, 2006), Gérmenes y momentos (Amargord, 2007), Calle
(Amargord, 2008) y El
desierto de agua (La Garúa,
2009).
Algunos
de sus poemas figuran en varias antologías y ha recibido algunas menciones
literarias, entre las que destaca el Premio
Ciudad de Badajoz por Luz previa a la luz.
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