25.11.09

david huerta / 3 poemas

Nupcias en el bosque
Pequeño homenaje a David Attenborough

¿Dijiste «globo traslúcido de una forma floral»?

¿Dijiste en verdad eso, con una voz serena,
distante y cálida, tu voz de viejo
metido en exploraciones inimaginables
para alguien como yo,
como nosotros, extraviados
en los meandros, los cableríos,
las oficinas y fábricas
de la Ciudad Irreal?

Suspendido en el aire caliente
del bosque, ese globo rodeado de luz,
atravesado por un fulgor primitivo,
destello de tornasoles orgánicos

ha aparecido para cumplir las nupcias
hermafroditas
de una pareja de invertebrados.

Es un globo diminuto
y gira

como gira una flor
en la mano de los adolescentes,
enfrentados, acaso por vez primera,
con una belleza insólita
que debería cambiarles la vida, según sentencia
de Rainer Maria Rilke.

Está suspendido de un hilo de baba
desprendido, como en medio de un vals,
de dos organismos sin discurso,
puras presencias materiales,
fantasmas o apariciones
del mundo sublunar y sus sueños de extrañas
geometrías.

Es una formación deslizante, salpicada por aceites
pesadillescos y salivas salidas
de algún océano primordial,
de una tormenta quieta de la biología.

Gira en el bosque.
En tu cabeza, en sus cámaras transparentes,
gira también, incesante.

¿Nupcias, dijiste? ¿De criaturas de extraña forma
cuando uno las ve de cerca, pero comunes
como la hierba de los jardines
y de las plazas públicas
cuando las considera a distancia,
la razonable distancia
de quienes, como nosotros,
no quieren saber nada de nada?

Una y otra vez, a lo largo de las noches veraniegas,
la imagen volverá:

anuncio de otros tiempos, de mundos paralelos
poblados por dragones diminutos
y granos de arena del tamaño del Himalaya.



El viático en la sombra
Sixteen years! Sixteen banners united over the field…

Escucho en el reverso de la palabra fiebre
un rumor de inscripciones, la lenta bocanada
de una luz desasida, las Dieciséis Imágenes
de un trayecto puntual como la santa orilla
del fuego o de la tierra o la luz fecundada
en un sello magnético o el transparente óvalo
de un viento suspendido por la aguja del tiempo:

las olas inflamadas del alba en el Caribe,
el camino hacia el Arno, la vista de Estambul
antes de amanecer, la dormida Cisterna,
la lluvia en Venezuela, el ovillo de Roma
–monumental, caótica–, la íntima piscina
de votos renovados, Saint-Michael en el mar,
las calles de La Habana, el puente milenario
descubierto en Wiesbaden la primera jornada,
los caballos de bronce robados por los Dogos,
los acuarios, los parques, los templos, los zoológicos
y en la mañana unánime el fulgor de tu cara.

Acaso no en los viajes ni en las arduas ciudades
ni en los hondos paisajes ni en las voces queridas
ni en los ávidos libros ni en las conversaciones
está el tiempo cifrado del amor y su llama.
Está en la noche antigua y en la diáfana sílaba
nunca dicha o soñada, sobrenaturaleza:
escúchala, recógela. Es casi nada y todo
de su forma y sonido secreto se desprende.
Es el viático doble en la sombra del mundo
para la vida inerme: su arcilla, su memoria.



The Child is Father of the Man

No sé cómo buscarte dentro de mí,
niño que fui: si debo escarbar
encarnizadamente
en la memoria
o invocarte por medio de magias repentinas
en las que no creo.

Estás perdido pero no para ti mismo:
sólo para mí. Sin embargo soy tú,
o eso me dicen quienes parecen
saber más de mí que yo mismo; o que tú.

En el tiempo de la vida
tuviste un tiempo propio,
largo, dilatado
hasta el confín de juegos infinitos.

Sé que jugabas como ahora yo juego:
pero eso no es encontrarte. Soy tu repetición
—siquiera en el esplendor mínimo
del juego —y sus inocencias y sus culpas.

William Wordsworth afirma
que eres mi padre:
él juega un juego estrafalario
con los años, con las edades
y con la genética. Por las entrañas
y por la biología,
mi padre fue otro
—y ya está muerto. Tú estás vivo.
Y es cierto que vives
como una sombra palpitante
dentro de mí. Pero no conozco ese «dentro».

Cuando examino el interior de lo que soy
hallo solamente un amasijo de formas
indistintas, apenas discernible
por un esfuerzo del recuerdo.
Pero estás ahí, impalpable, invisible.

Acércate. Pienso a veces
que no quieres hacerlo
para que yo no te mate. O te me escapas
minuciosamente
por una voluntad incomprensible
de ocultamiento. Pues sospecho
que no me tienes miedo
—como no le tiene miedo la sombra
al cuerpo que la proyecta sobre la pared.

Es posible que siempre estés aquí
y seas la forma sagrada
de una ignorancia cósmica
que debería atormentarme.
Pero quizá, mejor aun,
tienes la hondura de una sabiduría
visionaria.

Sin embargo, sé que aborreces
tales grandes palabras, acaso
porque las desconocías
o porque ellas te desconocían.

Entre mil otras cosas, puedo entender
que eres precisamente eso:
el desconocimiento de las grandes palabras.

Que por el tiempo presente de tu ausencia
o de tu estilo de esconderte
eso me baste. Mientras tanto, en sueños,

murmuro tus cantos sin significado
y en la vigilia intento ponerlos
en líneas irregulares de juego serio,
ese otro confín.






David Huerta nació en México en 1949. Poeta, traductor, y ensayista, realizó estudios de Filosofía y Letras Inglesas y Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado los siguientes libros de poemas: El jardín de la luz (UNAM, 1972), Cuaderno de noviembre (Era, 1976, 1993), Huellas del civilizado (La Máquina de Escribir, 1977), Versión (FCE, 1978), El espejo del cuerpo (UNAM, 1980), Incurable (Era, 1987), Historia (Ediciones Toledo, 1990, Premio de Poesía Carlos Pellicer), Los objetos están más cerca de lo que aparentan (1990), La sombra de los perros (Aldus, 1996), La música de lo que pasa (Conaculta, 1997), Hacia la superficie (Filodecaballos, 2002), El azul en la flama (Era, 2002) y La calle blanca (Era, 2006). Fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1970-1971) y de la Fundación Guggenheim (1978-1979). Ha sido Secretario de Redacción de la Gaceta del Fondo de Cultura Económica y Coordinador de talleres literarios en la Casa del Lago, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su poesía está incluida en la antología Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) (Círculo de Lectores / Galaxia Gutenberg, 2002).
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13.11.09

derivas por los exteriores de la Red

a propósito de Heath Bunting

Jaime Luis Martín


Muy pocos artistas se mantienen siempre en el borde, en los límites, arriesgando cada día más y actuando de continuo en el filo de la realidad. Y Heath Bunting [1] se encuentra entre esos escasos creadores capaces de generar intensidades emprendiendo acciones multiuso. Surgido a la sombra de las políticas conservadoras del thatcherismo, impulsó diferentes movimientos de protesta, utilizando todos los medios a su alcance –graffiti, mail-art, radios piratas, performances– para manifestar su rechazo a la reaccionaria Dama de hierro. Subversivo, hacker y activista, irreverente con las instituciones y los convencionalismos, ha trabajado en numerosos proyectos que han contribuido a la creación de un entorno crítico. Pionero en el uso de la red como soporte para actividades artísticas pero sin dejarse condicionar por el medio, fue el primero en autodefinirse como «artivista», término que más tarde englobaría a todos los artistas que realizan un trabajo político y crítico en la Red.

Bunting, que vive al margen del mercado del arte, cuestionando el consumismo que nos domina, involucrándose en la construcción de redes democráticas, denunciando el control y la vigilancia a que somos sometidos por las nuevas tecnologías, tiene algo de Robin Hood disparando sus flechas tecnológicas contra centros sensibles del sistema capitalista. «Desde 1994 su modus operandi –señala Rachel Greene– ha sido crear trabajos/eventos que requieren baja tecnología y funcionan tan fácil y directamente como los graffiti: subversiones simples generadas por una convicción anarquista.» [2] Y él mismo confiesa: «No me interesa que el net art sea admitido en los museos, y menos aún que entre en el mercado del arte. No quiero que mis obras puedan ser vendidas, sino que todos tengan libre acceso a ellas» [3].



Heath Bunting mantiene una posición independiente y desarraigada; deambulando por los caminos más apartados del arte; aproximándose a una visión de las fronteras y a la problemática de la inmigración con ojos críticos; suplantando identidades o facilitando una nueva a quien la precise por cualquier motivo; y apostando, siempre, por la libertad frente al poder establecido. Es el creador de la web Irational.org, «un sistema internacional destinado a desarrollar información irracional para los desplazados y los vagabundos» [4] que sirve de apoyo a artistas independientes y organizaciones que necesitan mantener sistemas de información críticos. Irational.org está integrada, además de por el citado Bunting, por Daniel García Andújar, Kayle Brandon, Minerva Cuevas, Rachel Baker y Marcus. Los integrantes han sabido organizar una red de propuestas, herramientas de software e instrumentos capaces de producir estéticas comunitarias y de resistencia.

El primer proyecto que Bunting llevó a cabo en Internet fue King Cross Phone-In, una intervención sonora, una sinfonía comunicativa en un espacio público recurriendo a los teléfonos que rodean la estación de King Cross en Londres como a instrumentos improvisados. La acción consistió en la publicación en una página web [5] y en varias listas de correo de los números de teléfono de 36 cabinas que rodeaban la estación. En la convocatoria, el 5 de agosto de 1994, el artista invitaba a realizar cualquiera de las siguientes acciones:

1.    Llamar a alguno de los números, hacer sonar el teléfono un tiempo y luego colgar.
2.    Llamar a esos números siguiendo algún tipo de patrón.
3.    Llamar y mantener una conversación.
4.    Ir a la estación de King Cross, ver la reacción del público, contestar a los teléfonos y charlar.
5.    Hacer algo diferente.

Bunting lograba con esta acción introducir una ruptura en la cotidianeidad del flujo urbano, poniendo en contacto a gente desconocida para saludarse o entablar una conversación, creando, de esta manera, una red social.

En 1995 realiza el proyecto Visitor’s Guide to London [6], presentado a la Documenta Kassel. Visitor’s es una guía subjetiva y atípica de la ciudad, un recorrido psicogeográfico por el Londres más abandonado y menos turístico. Esta mirada, influenciada por la prácticas situacionistas y especialmente por la «Teoría de la deriva» de Guy Debord [7], se resume en 250 imágenes, mapas de bitmaps, de paisajes desolados y sin historia, un recorrido por los barrios y periferias de la ciudad de Londres.

Como en la mayoría de sus propuestas en la Red, la sencillez y la simplicidad estética definen la interfaz, y CCTV World Wide Watch [8] no es una excepción. Este proyecto de 1997, muy crítico con las cámaras de videovigilancia y los estados policiales, puede sintetizarse en una sola frase: se han cumplido los temores de Orwell [9], el Gran Hermano nos vigila. Propone al espectador participar como vigilante activo, escudriñando cualquier actividad criminal a través de varias cámaras de seguridad en tiempo real situadas en distintas partes del mundo. Una ventana de diálogo bajo cada cámara permite enviar un mensaje de texto a la policía si se observa algún delito. Pero los envíos denunciando los crímenes nunca llegan a su destino sino que quedan registrados en una base de datos. Se escenifica de esta manera la sociedad del control, de la que hablaba Gilles Deleuze, y a la que igualmente se refiere Virilio como la sociedad cibernética, convencido de que «las autopistas de las información van a desplegar, pues, un sistema interactivo tan temible para la sociedad como lo es una bomba para la materia» [10].





Own, Be owned or Remain Invisible (Poseer, Ser poseído o Seguir Siendo invisible) (1998) [11] trata, mediante una entramado hipertextual, de la construcción de la identidad. Partiendo del texto, publicado en The Daily Telegraph, «On a mission» [12], escrito por James Flint y referido al propio artista, se enlaza cada palabra del artículo a una dirección compuesta con la misma palabra y el indicativo de dominio comercial «.com». «En readme de Heath Bunting la descripción del individuo –señala José Luis Brea– se abre y se disemina en la serie. La escritura del yo no es separable de su inscripción en una red dispersa de lugares, en una topología diseminada de referentes.» [13] Pero también incide en la incapacidad para autodefinirse fuera del mercado, de las marcas que se han establecido como una segunda piel de nuestra personalidad.

Junto con Olia Lialina, otra histórica del net-art, desarrolla en idéntica línea la obra Identity Swap Database (1999) [14], una base de datos destinada a todas aquellas personas que quieran intercambiar su identidad. «Tuve la idea –señala Bunting– tras unas conversaciones con grupos alemanes que se dedican al problema de los refugiados políticos y de los inmigrantes ilegales de forma activa, es decir, favoreciendo la entrada de indocumentados en Alemania y otros países nórdicos. Los gobiernos europeos responden a uno de los problemas más graves de este fin de siglo cerrando las fronteras e incrementando la represión policial, como si así pudieran solucionarlo.» [15] El visitante de la página debe cumplimentar un formulario, disponible en varios idiomas, con sus datos personales y características físicas. De esta manera el usuario que desee una nueva identidad sólo debe contestar a unas preguntas para que el programa informático le proporcione una relación de personas, con sus respectivas fotos, cuya fisonomía pueda ajustarse a la del demandante. «La red ya no es ese lugar libre –apunta Jesús Carrillo con respecto a esta obra– donde construirse una nueva identidad, sino un mecanismo que pone de manifiesto, de un modo simbólico, la devaluación asimétrica de ciertas identidades en el contexto político actual.» [16] Pero sin duda supone un sabotaje a la estructuras de control del sistema, cuestionando «la voracidad comprobable de las notas identificatorias y su permanencia a lo largo de toda la vida (o al menos durante periodos prolongados) del sujeto identificado» [17].

También en 1999 crea el espacio Net.art Consultants [18], una oficina de consultoría para personas interesadas en la donación, compra y coleccionismo de obras de net-art. Algunas instituciones beneficiadas por las donaciones son el Museum of Modern Art de Nueva York, el Ars Electronica Center, Linz Zentrum for Kunst and Media, art.teleportacia, ICC de Tokio… Las entidades agregadas a la lista exclusiva de potenciales beneficiarios deberán abonar por un mes la cantidad de mil dólares, por seis meses 3.000 dólares y por un año 5.000 dólares. Y, curiosamente, en la página donde figura el listado de donantes se detectan donaciones de una misma obra a varias instituciones.

En colaboración con Kayle Brandon realiza una guía online para cruzar las fronteras europeas sin pasaporte: BorderXing Guide (2001) [19] fue patrocinada por la Tate Gallery de Londres y la Fondation Musée d’Art Moderne Grand-Duc Jean (MUDAM) de Luxemburgo. El sitio BorderXing Guide consiste principalmente en una documentación de los pasos fronterizos, evitando las aduanas y la policía de inmigración. La información sobre cómo cruzar las fronteras viene acompañada de mapas del terreno y listas del equipamiento necesario.

El sitio web no se encuentra accesible y las personas que deseen visitar la página deben viajar físicamente hasta una ubicación designada por el artista o lograr una autorización sólo posible desde una IP estática. Internet, un espacio conceptualmente sin fronteras, ve limitada el libre acceso, de la misma forma que las fronteras físicas restringen el movimiento de las personas. «Bunting y Brandon siguen la estela abierta por artistas políticos como Hans Haacke –señalan Mark Tribe y Reena Jana– y adoptan para estos proyectos una estética funcionalista y carente de adornos, con la cual pretenden enfatizar que su obra no busca la decoración ni el placer visual.» [20] BorderXing Guide se completa con una guía botánica accesible en línea [21].

Tour de fence (2002) [22], obra patrocinada por el Media Arts Lab de Berlín y realizada con Kayle Brandon, parte del reconocimiento de las vallas y los cercados como metáforas de la propiedad privada. Mientras que Internet prometía suprimir cualquier barrera, en la vida diaria nos encontramos con muros y cierres que nos impiden el paso continuamente. De la vieja red de alambre a la puerta de acero, de la cerca rústica a los complejos sistemas de seguridad, Tour de fence se enfrenta a la realidad de la valla y ensaya distintas estrategias para saltarse estas barreras. La página web presenta de forma muy sencilla una relación de diferentes cierres, distintas técnicas para pasar al otro lado de los cercados y links de interés sobre el tema. Pero aquí no se ensaya tecnología sino que el proyecto se orienta a una serie de ejercicios físicos –saltar una alambrada, escalar un muro– que nos permitan salvar esa barrera y penetrar en la propiedad.

En una entrevista realizada por Laura Baigorri, el artista manifestaba que «muchas de mis investigaciones en cuestiones políticas han acabado con conclusiones relacionadas con la forma y la simplicidad. Hasta que recientemente la estética se ha convertido en la atracción, significado y arma de grupos sociales […]. Muchos políticos comparten la creencia de utilizar frecuentemente técnicas de atracción y repulsión. El arte también trabaja en estos niveles y por eso el arte puede ser interpretado a veces como política» [23].

Actualmente Heath Bunting sigue siendo un resistente, un agente activo en los procesos de visibilidad y denuncia de las injusticias y contradicciones que arrastra el capitalismo, un creador de entornos favorables para el desarrollo de proyectos que impliquen relaciones y redes comunitarias, un programador de realidades y acciones subversivas, un conspirador que traza mapas de periferias y fronteras, un artista para quien el arte «debería tratar de informarnos y liberarnos del pensamiento y comportamientos condicionados» [24].



Portada de la web de Bunting en la Tate Gallery

Notas

1. http://www.irational.org/cgi-bin/cv/cv.pl?member=heath (Consulta: 22 de octubre de 2009).
2. http://aleph-arts.org/pens/index.htm (Consulta: 22 de octubre de 2009).
3. http://www.irational.org/irational/ media/el_pais.txt (Consulta: 22 de octubre de 2009).
4. http://www.irational.org/cgi-bin/cv/cv.pl (Consulta: 22 de octubre de 2009).
5. http://www.irational.org/cybercafe/xrel.html (Consulta: 22 de octubre de 2009).
6.  http://www.irational.org/heath/london (Consulta: 22 de octubre de 2009).
7. Guy Debord, Teoría de la deriva, 1958 http://sindominio.net/ash/is0209.htm (Consulta: 22 de octubre de 2009).
8.  http://irational.org/cgi-bin/cctv/cctv.cgi?action=front_page
(Consulta: 22 de octubre de 2009).
9. George Orwell, 1984, Barcelona, Destino.
10. Paul Virilio, El cibermundo, la política de lo peor, Madrid, Cátedra, 1997, p. 80.
11. http://www.irational.org/heath/_readme.html (Consulta: 23 de octubre de 2009).
12. http://www.irational.org/irational/media/telegraph1.html (Consulta: 23 de octubre de 2009).
13. http://aleph-arts.org/shock (Consulta: 23 de octubre de 2009).
14. http://www.teleportacia.org/swap (Consulta: 23 de octubre de 2009).
15. http://www.irational.org/irational/media/el_pais.txt (Consulta: 23 de octubre de 2009).
16. Jesús Carrillo, Arte en la red, Madrid, Cátedra, 2004, p. 195.
17. Patricia Mayayo en Tendencias del arte, arte de tendencias a principios del siglo XXI, eds. Juan Antonio Ramírez y Jesús Carrillo, Madrid, Cátedra, 2004, p. 97.
18. http://www.irational.org/donate (Consulta: 23 de octubre de 2009).
19. http://www.tate.org.uk/netart/borderxing (Consulta: 23 de octubre de 2009).
20. Mark Tribe y Reena Jana, Arte y nuevas tecnologías, Taschen, p. 34.
21. http://duo.irational.org/botanists_guide/firstpage.html (Consulta: 23 de octubre de 2009).
22. http://www.media-arts-lab.org/fences; http://www.irational.org/fence (Consulta: 23 de octubre de 2009).
23. Laura Baigorri, «Experimentación y creación independiente», Revista Brumaria, 6 (2006), Barcelona, p. 207.
24. Heath Bunting, «La ley asociativa», Revista Exit, 31 (2007), Madrid.



Jaime Luis Martín (Avilés, 1960) es poeta y crítico de arte. Codirige la colección Ajimez y su página web Ajimez Arte.
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