El ajenjo (1876)
Edgar Degas
A solas
esquivo rostros indiferentes,
disfraces de harapo
que carecen de premura
y humildad.
Abstraído
beso entre suspiros
aires secundarios,
hago callar las estatuas
de cristal.
Me embriago de arcanas
ausencias
y mascadas gotas
de melancolía.
Dejo las riendas en manos
de ácaros que limpian
ceniceros,
la podredumbre del lugar.
El hedor del tabaco me dice
qué no recuerdo de ayer.
Sobre la mesa el vaso
acaba siendo
desterrado
compañero de fatigas.
∆
Joven campesina tomando café (1881)
Camille Pissarro
Existen olores,
viejas fragancias
que sobreponen
rumores videntes,
el peso de la nostalgia.
El día es más sencillo
de tarde en tarde
bajo cuatro paredes
y una ventana.
Sentado
y sin hacer nada,
amo la soledad
que me ofrecen los pájaros
escapando con su dulce sueño
de libertad.
Juventud sirviente
que observa el sabor
de la vida pasar
bajo cuatro paredes
y una ventana.
∆
Noche estrellada (1888)
Vincent Van Gogh
Noche estrellada,
abismal noche.
Por el firmamento
se extienden tus alas
calcinadas, abres
remolinos ciegos.
Noche erizada,
oída noche.
Tuya es la oscuridad,
de vuelta al mundo
de los ceros.
Noche infinita,
implacable noche.
Emplazado en tus sombras
rindo la voz a un sueño
más allá del tiempo.
En tus bosques arden
narcisos, huracanes
de miedo.
Como un cuervo gigante
azoras girasoles ciegos.
∆
El grito (1893)
Edward Munch
Donde hubo sol
hubo música familiar,
generosos miradores
sazonando al vuelo
los cinco sentidos.
Pero esta tarde de mayo
mi voz
ha colisionado con el mundo.
Aúlla la ciudad, gime
pavoroso el crepúsculo.
Todo mi amor
que gravita en mis manos
vegeta en la angustia
de este horizonte que miro,
que no es mar pausado
sino preludio absoluto sin ti.
Nadie escucha el grito
que emite un cadáver
viviente.
Nadie oye el sollozo
de la noche
cuando amanece
sin sangre
y verduga.
Nadie es ya nadie
en mi voz sin mundo.
∆
La durmiente (1897)
Renoir
Allá en lo más alto,
donde el sueño respira
y se esfuma toda oscuridad,
una tarde plácida
nos derriba.
Hunde su maxilar
desnudo
en sábanas profundas,
en cada página inédita
de tu piel.
Ensimisma en secreto,
martillea en silencio,
suspira cómplice.
Júbilo y bondad
atrapados al vuelo
en un juego de sombras.
*
Joan de la Vega (Santa Coloma de Gramanet, 1975) dirige la editorial La Garúa Libros desde 2004. Es autor de Inti-huatana (Barcelona, Seuba Ediciones, 2002), Ladino (Gijón, Trea, 2006) y Trilces Trópicos. Poesía emergente en Nicaragua y El Salvador (Barcelona, La Garúa, 2006). Su obra ha sido recogida en Campo abierto. Antología del poema en prosa en España 1990-2005 (Barcelona, DVD Ediciones, 2005). Ha publicado poemas en las revistas Alhucema, Turia, Vulcane, Letra Internacional y Nayagua, entre otras.
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